Arturo Pérez de Lucia «Las matriculaciones vehículos eléctricos en España crecerán de forma exponencial»

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  • La transición hacia una movilidad enfocada en los vehículos eléctricos es uno de los principales objetivos a nivel Europeo. Sin embargo, España todavía debe superar algunas barreras para conseguir alcanzar una movilidad totalmente eléctrica y posicionarse como un referente a nivel europeo. Hoy en electrico.es hablamos con Arturo Pérez Lucia, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica en España y Portugal (AEDIVE), para analizar los retos que debe afrontar la movilidad eléctrica en España en los próximos años.

¿Cuáles son los principales retos para la movilidad eléctrica en los próximos años?  

Retos hay muchos, pero por concretar, uno de los más importantes es acometer una reforma fiscal que otorgue señales de precio en la compra de los vehículos, ya que los planes de incentivos actuales en España suponen  la necesidad de que el comprador tenga pulmón financiero. También en aspectos como eliminar el hecho de que las ayudas computen como rendimientos del trabajo en la declaración de la renta, tal y como ya se ha hecho con las ayudas a la eficiencia energética en la edificación.

Por otro lado, hay que seguir trabajando para reducir las barreras en al concesión de licencias y permisos que permitan un despliegue más acelerado de las infraestructuras de recarga públicas .

Obviamente, es importante crear los mecanismos de control que permitan el cumplimiento de lo que se determina en reales decretos leyes como el RDL 29/2021 en la instalación de puntos de recarga en el sector terciario y en las declaraciones responsables que deben aceptar los ayuntamientos para agilizar estas infraestructuras y que en algunos municipios se desoyen.

Hay un objetivo en el PNIEC de matricular 5,5 millones de vehículos eléctricos en 2030 y eso supone tener que matricular del orden de 600.000 vehículos/año en los próximos años, cuando estamos en ratios actuales de algo más de 100.000 unidades/año.

 

En este sentido, ¿cuál es la misión principal de AEDIVE?

AEDIVE tiene varias misiones. En primer lugar, acompañar y asesorar a las administraciones públicas en todo lo que atañe a la movilidad eléctrica (planes de incentivos, regulaciones, etc).

Asimismo, AEDIVE funciona como una aceleradora de negocios, poniendo en contacto a los socios de AEDIVE con partners, clientes y proveedores para reforzar las oportunidades de negocio y la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios de la movilidad eléctrica.

Este objetivo tiene su principal reflejo en España y Portugal, pero también trabajamos para poner en valor el potencial industrial, tecnológico y de servicios de la electromovilidad en el resto de Europa y en Latinaomérica.

 

¿Cuál es la situación de España en comparación con otros países de la UE? ¿Cuáles son las medidas fundamentales para conseguir posicionarnos como líderes en movilidad eléctrica?

Parece que lo único que se tiene en cuenta son las matriculaciones de vehículos y en ese terreno, seguimos avanzando con crecimientos constantes, pero sí es cierto que estamos por debajo de otros mercados cercanos. Estoy convencido de que revertiremos la tendencia y las matriculaciones vehículos eléctricos en España crecerán de forma exponencial, porque tenemos los mimbres para ello.

Esos mimbres son, precisamente, los que no tienen otros países, y es el potencial industrial en España, donde fabricamos toda clase de vehículos eléctricos, desarrollamos componentes de automoción para la electrificación, fabricamos puntos de recarga y centros de transformación, tenemos una industria minera potencial enorme, con la segunda mina de litio más importante de Europa, tenemos en desarrollo fábricas para el reciclaje de baterías en Castilla y León y en Navarra y también proyectos de Gigafactorías, además de una industria pionera y madura de baterías de segunda vida.

Todo ese ecosistema hace de España un país muy atractivo desde la perspectiva de la competitividad, el empleo y la inversión y sin duda, supondrá un aliciente enorme al incremento de matriculaciones, siempre y cuando las Administraciones Públicas acompañen con un marco regulatorio razonable y alineado a ese objetivo.

 

¿Está España tomando suficientes medidas para impulsar la movilidad eléctrica? ¿Es suficiente el Plan Moves III?

Obviamente, no. El MOVES es un plan de incentivos muy interesante desde la intensidad de las ayudas, pero no desde la gestión. Al tener que tramitarse vía Comunidades Autónomas, se generan perversiones en el sistema que ralentizan mucho el proceso de pago de los incentivos y por eso, seguimos trabajando con el Gobierno para buscar alternativas que reduzcan esos tiempos.

Al margen, son imprescindibles medidas como las antes comentadas desde la perspectiva fiscal y regulatoria.

 

¿Cree que España conseguirá cumplir sus objetivos en materia de movilidad eléctrica para este año? 

No lo sé. Lo que sí sé con certeza es que tenemos los mimbres para lograrlo, pero necesitamos esa coordinación público-privada, agilizar la reducción de barreras y buscar alternativas a medidas de incentivo para los compradores, particulares y empresas.

 

¿Es necesaria una mayor colaboración de las entidades públicas para el impulso de una red de carga que satisfaga realmente las necesidades actuales?

Absolutamente, uno de los principales problemas en el despliegue de infraestructuras de recarga no es tanto la colaboración público-privada como la público-público.

 

¿Está la gente realmente preparada para el cambio a la movilidad eléctrica o todavía falta mucha información al respecto?

Ambas cosas, cada vez es mayor la información que recibe el usuario, pero es cierto que hemos fallado en la coordinación de mensajes que eviten la confusión en los últimos años. Hay estudios que elevan el interés de los usuarios en adquirir vehículos eléctricos en España en torno al 70% en la intención de compra, pero tenemos que mandar los mensajes adecuados, evitar la «infoxicación» y motivar que ese cambio venga a través del entusiasmo y no tanto de la obligación.

“Hay mucho presupuesto para ayudas al vehículo eléctrico y las CCAA sólo tienen que solicitarlo”

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Hablamos con el director general de AEDIVE y vicepresidente de AVERE, Arturo Pérez de Lucia, para testar de su mano el mercado de la movilidad eléctrica y las perspectivas de futuro en España

 

El año 2022 ha cerrado con una venta de 52.224 vehículos 100% eléctricos y 48.201 híbridos enchufables en España, lo que supone ratios de crecimiento por encima del 32% y del 11%, respectivamente, respecto al ejercicio anterior y haber superado, por primera vez, las 100.000 matriculaciones en un solo año.

Sin embargo, el sector de la movilidad eléctrica afronta desafíos que aún quedan por superar para consolidar el mercado.

Hablamos con el director general de AEDIVE y vicepresidente de AVERE, Arturo Pérez de Lucia, para testar de su mano el mercado de la movilidad eléctrica y las perspectivas de futuro en España.

 
PREGUNTA. Arrancamos con una pregunta obligada. ¿Qué balance hace del 2022 en lo que atañe a la movilidad eléctrica en España?

RESPUESTA. El balance es positivo por cuanto ha cerrado con ratios de crecimiento en ventas tanto de vehículos nuevos como de ocasión, en este último caso con 15.114 eléctricos de batería y 11.653 híbridos enchufables, con crecimientos del 21% y 3%, respectivamente, respecto al ejercicio de 2021.

Aun así, y aunque vamos a superar los objetivos del Gobierno en vehículos eléctricos para 2023, pues ya estamos por encima de las 250.000 unidades, el gran reto es el que se vislumbra a 2030, con 5 millones de vehículos eléctricos, lo que implicaría matricular cada año durante los próximos ocho, del orden de 600.000 vehículos eléctricos o multiplicar por seis, cada año, lo logrado en 2022.

Si tenemos en cuenta que en España se han matriculado en 2022 del orden de 1.241.600 vehículos entre turismos, comerciales ligeros, industriales, autobuses, autocares, microbuses y motos, hablamos de que más del 50% de las matriculaciones anuales deberían de ser de vehículos eléctricos en los próximos años.

 
P. ¿Y qué se necesita para hacer realidad ese reto?

R. El mercado sigue evolucionando, pero para acelerarlo, hay dos ámbitos que deben desarrollarse con celeridad. Uno pasa por una reforma fiscal que ponga el foco en la señal de precio en la compra de vehículos eléctricos. Actualmente disponemos de los fondos del plan MOVES 3 para la compra de vehículos eléctricos e infraestructuras de recarga, pero el comprador debe tener capacidad financiera para asumir el coste inicial, ya que estas ayudas no se aplican en la compra, lo que limita en muchos casos la voluntad de los usuarios para asumir esa adquisición.

La legislación española obliga a que estas ayudas se tramiten vía comunidades autónomas y eso supone una cierta disparidad en los plazos tanto de publicación de las convocatorias como   en aspectos como la tramitación y la consecuente obtención del dinero por parte del destinatario final pues son 19 órganos gestores diferentes. Una reforma fiscal que ponga el foco en una rebaja temporal del IVA a los eléctricos sería una ayuda inmediata en el momento de la compra, imprescindible para dinamizar el mercado y que el Gobierno cumpla con los objetivos que el propio Ejecutivo se ha marcado en materia de movilidad eléctrica.

Por otro lado, los problemas que siguen aquejando al sector de las infraestructuras de recarga, en especial públicas, ralentizan la puesta en marcha y operación de puntos de recarga que, en algunos casos, llevan más de dos años paralizados. El grupo de trabajo que inició la Secretaría de Estado de Energía a principios de 2022 trata de solventar los problemas existentes en un excelente ejercicio de colaboración público-privada, pero es preciso acelerar sus efectos para poder avanzar con mayor celeridad.

En breve se publicarán las dotaciones económicas del PRTR y los fondos asignados por Programa y Comunidad Autónoma, indicando los fondos solicitados  y resueltos en cada región.

 
P. ¿Quiere ello decir que el MOVES no es un plan eficaz a la hora de promover la movilidad eléctrica?

R. El MOVES es un plan necesario como parte de los planes del PRTR (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia) y además, junto con el MOVES 3, existen otros complementarios como el MOVES Flotas, que acaba de abrir su segunda edición con 50 millones de euros, y el MOVES Singulares II, que pone el foco en proyectos innovadores asociados a la movilidad eléctrica, si bien estos dos últimos se basan en concurrencia competitiva y se asignan los fondos en base a la puntuación de los proyectos presentados.

Pero el MOVES 3 precisa de tres claves para su éxito. Por un lado, la dotación económica, que en esta ocasión es muy superior a ninguna otra anterior y ello significa que hay presupuesto disponible y en abundancia, por lo que no es un problema.

La segunda clave es la tramitación de las ayudas, que es donde se encuentra uno de los cuellos de botella para que el MOVES gane agilidad, pues los gobiernos regionales están desbordados por la cantidad de planes que tienen que gestionar, más allá de los propios MOVES, y sufren en algunos casos retrasos importantes, razón pro la cual, el Gobierno se ha planteado  incrementar del 2,5% al 5% la dotación del MOVES para los gastos de gestión de las CCAA a fin de descongestionar las listas de espera.

La tercera es que las comunidades autónomas soliciten ampliaciones de presupuesto al IDAE para sus convocatorias porque, de lo contrario, no podrán dar respuesta a las listas de espera existentes y el mensaje que reciben tanto los concesionarios como los destinatarios finales de las ayudas es que no hay dinero, lo que no se corresponde con la realidad.

A fin de dar transparencia al avance de la ejecución de los Programas del PRTR, el IDAE ha anunciado que publicará las dotaciones económicas del PRTR y los fondos asignados por Programa y Comunidad Autónoma, indicando los fondos solicitados  y resueltos, lo que dará una idea de cómo avanza cada Comunidad Autónoma en lo que al MOVES corresponde y permitirá identificar en qué regiones existen mayores  listas de espera y, por tanto, sería necesario solicitar ampliación de presupuesto. 

 
P. ¿Qué comunidades autónomas son ejemplares y cuáles no en esta materia?

R. Yo creo que todos los gobiernos regionales tratan de trabajar con la mayor eficacia y ejemplaridad, aunque en algunos casos se ven desbordadas por el trabajo y por eso, el Gobierno plantea un incremento en los gastos de gestión, que ayudarán a las CCAA a dotar mejor sus equipos para agilizar los expedientes, si bien hay comunidades autónomas que deberían de haber hecho ya nuevas solicitudes de fondos del MOVES, teniendo en cuenta sus listas de reserva. 

Le diré una comunidad autónoma ejemplar en la materia, como es Aragón, que por lo que sabemos, ha hecho ya tres solicitudes de ampliación de fondos. Las que no lo están haciendo se verán reflejadas en la información sobre la evolución de los fondos del PRTR que se publicará en breve y será de dominio público para todos nosotros.

 
P. Hablando del MOVES Flotas que ha mencionado, se critica que ha dejado de lado a los autónomos. ¿Por qué?

R. El pasado 12 de enero celebramos un webinario, disponible en el canal Youtube de AEDIVE, sobre el MOVES Flotas 2 y allí se explicó con transparencia que este plan no deja fuera a nadie, sino que es complementario al MOVES 3. 

Lo que pretende el MOVES Flotas es que aquellas empresas que operan en varias comunidades autónomas no tengan que enfrascarse en trámites para la concesión de ayudas a vehículos e infraestructuras de recarga en cada región, sino que puedan hacerlo de una sola vez y de forma más sencilla a través de este programa, que implica entre otras cosas, que el solicitante presente un proyecto que afecta al menos a dos comunidades autónomas.

El transportista autónomo con flota de vehículos ligeros puede solicitar sus ayudas a través del MOVES 3 donde, además, la intensidad de ayuda es más elevada que en MOVES Flotas, que va dirigido únicamente a empresas. Por lo tanto, se trata de una queja injustificada.

 
P. ¿Qué espera para la movilidad eléctrica de un 2023 tan marcado por la agenda de las elecciones?

R. La verdad es que es un año complicado desde esa perspectiva. En el ámbito más local, tenemos todavía el reto de las zonas de bajas emisiones en más de un centenar de ciudades de las 149 afectadas por el Real Decreto, que aún no han publicado sus correspondientes ordenanzas. En la medida en que haya retrasos, supondrá un reto de aquí a mayo y posteriormente, si se producen cambios a nivel de gobierno y hasta que la nueva corporación se acomode e inicie actividad.

A nivel autonómico, puede tener implicaciones en la tramitación de expedientes de ayudas y subvenciones, en función de que haya cambios en gobiernos y con ello, en los equipos de gestión. 

Las generales están aún en el aire y podrían ser en noviembre, diciembre o incluso, enero de 2024. En cualquier caso, los principales partidos políticos parecen compartir un enfoque similar en torno a la necesidad de apostar por la movilidad eléctrica por criterios medioambientales y de eficiencia energética, así como por la oportunidad industrial y tecnológica que permita seguir siendo a España un país puntero en el sector de la automoción. Otra cosa es cómo pretende arbitrar cada partido los tiempos y la estrategia en ese impulso.

Lo que sí me queda claro es que cualquier gobierno que asuma la presidencia de España habrá de tener en cuenta al tejido industrial, tecnológico y de servicios de la movilidad eléctrica para mantenerse en la senda de crecimiento y consolidación de un mercado que de otro modo, supondrá grandes problemas en el ámbito de la competitividad y el empleo.

En ese escenario, AEDIVE seguirá siendo, como siempre, fiel a las instituciones públicas para trabajar de forma coordinada con el ecosistema industrial, tecnológico y de servicios de la movilidad eléctrica.

¿Cómo afectará el cambio en el modelo de producción de la automoción en España?

modelo de producción automoción
Por Arturo Pérez de Lucia, director general de Aedive y vicepresidente de Avere

Los vehículos eléctricos se han popularizado y forman parte de las estrategias políticas de los diferentes gobiernos, no solo por cuestiones medioambientales ligadas a las emisiones de CO2 o a la contaminación del aire y acústica del transporte rodado en los entornos urbanos, sino también por el hecho de que los vehículos de combustión interna utilizan combustibles fósiles, que en muchos casos, como el de España, han de comprarse a terceros países y a precios volátiles que siguen aumentado a lo largo de los años.

Pero también porque vamos a un mundo cada vez reclama más bienes y servicios basados en la electricidad y el vehículo eléctrico es el único sistema de propulsión eficiente capaz de interactuar con el sistema eléctrico para impulsar las energías renovables, el almacenamiento energético y la generación distribuida, al tiempo que equilibrar la curva de demanda, gracias a la bidireccionalidad de la recarga.

La industria ligada a los vehículos eléctricos abre un abanico de oportunidades en toda la cadena de valor para muchas economías tanto desarrolladas como en proceso de desarrollo y también, ha supuesto el despertar de grandes mercados como China e India, y de otros como Turquía, quinto destino de las exportaciones de automóviles producidos en España, que ha desarrollado su primer automóvil de producción enteramente nacional y se trata de un SUV 100% eléctrico.

Partimos de la base de que España exporta más del 80% de su fabricación ligada a la automoción a terceros países, muchos de los cuales ya han puesto fecha de caducidad a la comercialización de vehículos de combustión interna, lo que significa que es imprescindible transformar el modelo de producción para seguir siendo atractivos y ofrecer productos que permitan mantener dichos mercados y con ello, la competitividad y el empleo en el sector.

Así sucede con Francia (2040), su primer mercado de exportación; Italia (2035), el tercero, o Reino Unido (2030), que es el cuarto, y otros como Alemania, que ocupa la segunda posición, no ha establecido una fecha pero allí los jueces reconocen que es más importante la salud de los ciudadanos que el derecho de los conductores a tener la propiedad de un diésel y libertad de movimiento y han reconocido las competencias de los consistorios para limitar, restringir e incluso prohibir el tráfico a los diésel más antiguos y contaminantes.

Pero las oportunidades que se abren son aplicables no solo a los fabricantes de vehículos, sino también a la industria de componentes y a los modelos de negocio que están involucrados en el desarrollo de infraestructuras de recarga, de software asociado a la navegación, la automatización y la digitalización, así como en los sectores vinculados al reciclaje y la fabricación de baterías.

Las políticas e incentivos gubernamentales juegan un papel vital en todas las industrias, y la de los vehículos eléctricos no es diferente. Por ello, el PERTE VEC impulsado por el Gobierno en base a los fondos de recuperación y resiliencia procedentes de Europa, pretende impulsar el desarrollo industrial en torno al vehículo eléctrico, conectado y autónomo y para ello, cuenta con tres bloques industriales obligatorios basados en la fabricación de equipo original y montaje (OEM), de baterías o pilas de hidrógeno y de otros componentes esenciales adaptados al vehículo eléctrico y conectado.

Además, incluye la obligatoriedad de incorporar al menos un proyecto primario, basado en fabricación de componentes de vehículos inteligentes, conectividad de vehículos eléctricos y fabricación de sistemas de recarga y un proyecto colaborativo basado en un plan de Economía Circular, en un plan de Digitalización y/o en un plan de Formación y Reentrenamiento Profesional.

Que hagamos de este plan un éxito en España desde lo público-privado dependerá en gran medida el impulso a esa transformación industrial y tecnológica, que se abrirá a nuevos sectores productivos.

La minería y su industria, claves del proceso

Los metales y los minerales forman parte de la vida cotidiana, pero la transición industrial vinculada a la neutralidad climática y a la independencia de los combustibles fósiles implica otra dependencia basada en materias primas fundamentales para cumplir con la ambición del Pacto Verde Europeo, que garanticen no solo una transformación energética a gran escala, sino también digital y con ello, una reformulación de la estrategia económica de la Unión Europea.

Lamentablemente, la Unión Europea no produce todas las materias primas necesarias para satisfacer la demanda industrial en diversos sectores estratégicos, entre los que destaca la automoción.

Siendo España un país de tradición minera y con recursos en tierras raras, wolframio, vanadio, cobalto, níquel, cobre, potasa, niobio, tántalo y en especial, litio, resulta fundamental apostar por una industria minera sostenible que promueva una menor dependencia y una mayor eficiencia y circularidad de los recursos, incluido el diseño sostenible de productos vinculados a la movilidad eléctrica.

La fiscalidad como herramienta de apoyo

Sin embargo, es importante también acompañar el impulso industrial, tecnológico y minero con incentivos fiscales que ayuden a lograr la paridad de precios de los vehículos eléctricos frente a los de combustión.

Planes de incentivos como el MOVES 3, MOVES Flotas, MOVES Singulares promovidos por el IDAE o las subvenciones del MITMA para descarbonizar el transporte profesional por carretera son imprescindibles, pero necesitan llegar al comprador en el momento de la adquisición del vehículo, pues eso es lo que está haciendo que las matriculaciones en otros países de nuestro entorno crezcan de forma importante, y una reducción del IVA en la adquisición directa de los vehículos, ahora que la UE ha acordado flexibilizar la normativa sobre el IVA y se contemplan bienes y servicios que sean útiles para proteger el medio ambiente

Las ventas de coches eléctricos en Europa ya superan a las de los diésel, aunque de forma desigual cuando se analizan los mercados nacionales de forma individualizada y en ese análisis, España no sale bien parada, cuando matricula 15 veces menos que Alemania y está por debajo de otros mercados como Reino Unido e Italia, que matricularon más de 140.000 unidades en 2021 cada uno de ellos, mientras que España ha superado apenas las 82.000 matriculaciones de eléctricos puros e híbridos enchufables.

Solo coordinando estas diferentes estrategias e impulsando la colaboración entre administraciones públicas y el tejido industrial será posible transformar en oportunidad lo que hoy es un reto para un país como España, donde según un reciente informe de Boston Consulting Group sobre empleo en la industria de la automoción, elaborado para la European Climate Foundation, el sector se verá apoyado, en su imprescindible transformación, por el ecosistema de la movilidad eléctrica para mantener puestos de trabajo a través de la formación y generar nuevas oportunidades en sectores emergentes, como el de las infraestructuras de recarga, pese a factores como la deslocalización de fábricas y la reducción de la producción.

FUENTE: INTEREMPRESAS

Arturo Pérez de Lucia: “El resto de Europa puede aprender mucho de España en movilidad eléctrica”

Arturo Pérez de Lucia_DG de AEDIVE_vicepresidente AVERE
Entrevistamos a Arturo Pérez de Lucia, director general de AEDIVE y vicepresidente de AVERE, sobre el presente y futuro del vehículo eléctrico en el marco de la Unión Europea y también de nuestro país

Al margen de su posición, desde hace más de diez años, como director gerente de AEDIVE, la Asociación Empresarial que aglutina la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios de la Movilidad Eléctrica en el mercado ibérico, Arturo Pérez de Lucia ostenta desde 2020 la vicepresidencia de AVERE, formada por las asociaciones nacionales europeas y que promueve la electromovilidad y el transporte sostenible en toda la región. Desde esa perspectiva, le preguntamos sobre el presente y futuro del vehículo eléctrico en el marco de la Unión Europea y también de nuestro país.

P. ¿Por qué tenemos en España resultados tan diferentes en la matriculación de vehículos eléctricos con respecto a otros países europeos como Noruega, por ejemplo?

La idiosincrasia de cada país es clave para entender esas diferencias. Si hablamos de Noruega, nos referimos a un país que apenas tiene industria ligada a la Automoción tradicional, por lo que cualquier medida incentivadora hacia la movilidad eléctrica no afectará negativamente a la competitividad industrial ni al empleo, y que desde hace muchos años enchufa sus coches térmicos para poder arrancar los motores frente a las bajas temperaturas, por lo que hablamos de una cultura sólidamente implementada del vehículo enchufado en la sociedad.

Al margen, está la política fiscal respecto a la exención de impuestos que las autoridades noruegas aplican a los vehículos eléctricos, lo que les ha permitido ser mucho más competitivos en precio frente a sus rivales con motores de combustión interna.

No obstante, Noruega está siendo desbancada este año por Alemania en el volumen de matriculaciones, entre otras cosas porque el mercado noruego es mucho más pequeño desde el punto de vista cuantitativo que el alemán, al margen del impulso que Berlín está imprimiendo a la electrificación del parque.

En España no hemos logrado aún encajar el puzle entre las estrategias industriales y las de las administraciones públicas para generar la demanda del mercado necesaria que permita dar un impulso definitivo al sector. Estamos en ello.

P. ¿Y por qué estamos retrasados en el despliegue de infraestructuras de recarga respecto a otros países europeos?

En España hemos padecido durante ocho años una regulación demoledora para el despliegue de puntos de recarga públicos y que no ha tenido ningún otro país del mundo. El RD 647/2011 supuso la creación de la figura del gestor de carga que, lejos de promover el despliegue de infraestructuras, como se pretendía, constriñó el mercado, haciendo complejo y a veces inviable invertir, gestionar y operar este tipo de instalaciones.

EL RDL 15/2018 derogó finalmente esa figura, lo que ha permitido que el despliegue de puntos de recarga de vehículos eléctricos se acelere desde entonces, pero esa rémora de ocho años ha hecho mella, aunque los operadores de recarga están tratando de recuperar el ritmo a marchas forzadas y con inversiones extraordinarias.

Sin embargo, seguimos teniendo una serie de trabas y barreras administrativas en la concesión de permisos y licencias para construir y operar puntos de recarga públicos que ya hemos trasladado al Gobierno y que esperamos se resuelvan más pronto que tarde.

P. ¿Qué pueden aprender otros mercados europeos del español en materia de movilidad eléctrica?

Yo creo que muchas cosas, porque España es un ejemplo a nivel industrial, tecnológico y de servicios.

Desde la perspectiva industrial y tecnológica, la transformación que están acometiendo los fabricantes a través del desarrollo de plataformas multienergía que optimizan la cadena de producción, y el sector de componentes en cuanto a soluciones de aligeramiento del peso de los vehículos o piezas especiales para la protección de las baterías, está siendo brillante, aunque también muy dura.

También contamos con una industria potente de infraestructuras de recarga y con una proyección internacional de reconocido prestigio por los estándares de calidad e incluso, con empresas que ya ofrecen soluciones basadas en la segunda vida de las baterías de los vehículos eléctricos, lo que es un ejemplo notable de innovación y emprendimiento.

Respecto a los servicios, somos un ejemplo en lo que a la movilidad eléctrica compartida se refiere, con modelos de negocio de motosharing, carsharing, bicisharing y scootersharing totalmente eléctricos, que ofrecen una solución más a la intermodalidad en el transporte urbano y periurbano, e incluso con proyectos pioneros en el entorno rural.

P. ¿En qué temas trabaja la europea AVERE desde Bruselas?

Existen varios asuntos de interés sobre los que trabajamos en documentos de posicionamiento, como la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente, con el que la Comisión Europea busca establecer las bases para que el sistema de transporte en la región alcance su transformación ecológica y digital a fin de ser más resistente ante futuras crisis y cumplir con la reducción en un 90% de las emisiones antes de 2050, según establece el Pacto Verde que pretende convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en 2050.

También, en el posicionamiento de AVERE en la revisión de la Directiva de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFID) de la UE, para la que pedimos estándares más amplios, en consonancia con los Planes Nacionales de Energía y Clima (NECP) y las estrategias a largo plazo y para velar por que la aplicación nacional de la AFID se respete y se alinee con el crecimiento del mercado de los vehículos eléctricos y con los últimos avances en tecnologías de movilidad eléctrica; diferenciar entre tres tipos diferentes de infraestructuras de carga eléctrica (vinculada, de oportunidad y rápida/de alta potencia); asegurar la interoperabilidad de la recarga; abordar el reto de los vehículos de transporte pesado y asegurar las tecnologías futuras ahora, como la carga inteligente y las capacidades de vehículo a red (V2G).

Pero uno de los temas más candentes es el relativo a la normativa asociada al almacenamiento energético. La Comisión Europea ha presentado sus propuestas de criterios de sostenibilidad que sería obligatorios a partir del 1 de julio de 2024, para regular la huella de CO2 de las baterías utilizadas en los vehículos eléctricos, que deberán de cumplir, además, a partir de 2027, cuotas de reciclaje para ciertos materiales como cobalto (12%), plomo (84%), litio (4%) y níquel (4%), que en 2035 se incrementarán.

Aunque es todavía una propuesta para modernizar la legislación comunitaria para las baterías, y pueden cambiar muchas cosas antes de que las propuestas se transformen en regulaciones vinculantes, el objetivo pasa por otorgar seguridad jurídica que anime a las empresas a invertir en el sector al garantizar que sólo las baterías más verdes, con mejores resultados y más seguras entren en el mercado de la UE.

P. ¿Y qué papel juega o puede jugar España en este asunto?

España es un país minero por excelencia. Es rica en wolframio, vanadio, cobalto, níquel, cobre, potasa y cuenta con dos grandes yacimientos de tierras raras en Campo de Montiel (Ciudad Real) y en el monte Galiñeiro, en Pontevedra. También se ha descubierto niobio y tántalo en la mina gallega de Penouta (cerrada en 1982), materiales básicos para elaborar coltán, que permite crear condensadores electrolíticos mucho más pequeños y potentes que los normales.

Pero, además, nuestro país cuenta en Cáceres con la segunda mina de litio más importante de Europa, con capacidad para suministrar 1.6 millones de toneladas de carbonato de litio, suficiente para abastecer hasta 10 millones de vehículos eléctricos durante los 30 años de vida estimada del proyecto.

P. La mina de litio aún no está operativa por los temores que genera a la población cercana. Dada la preocupación por la sostenibilidad que demuestra Europa en este asunto, ¿la extracción de esta materia prima puede implicar problemas medioambientales para Extremadura?

Los residuos que generará la mina son inocuos, incluso para la calidad del aire o la salud, pues solo genera polvo inerte de la roca triturada. Los derivados de la producción de hidróxido de litio, que conlleva la aplicación de algunos químicos de procesamiento industrial comunes, serán neutralizados antes de ser almacenados de forma segura en la zona adyacente a la planta industrial, a más de 6 km de Cáceres.

Además, el proyecto empleará agua reciclada de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) y agua reutilizada de los procesos de recirculación interna, tratada a través de la purificación en un circuito cerrado, para lo que se construirá una planta de ósmosis inversa.

En cuanto al reacondicionamiento del terreno una vez se ha finalizado la explotación del recurso, en España contamos con una Ley de Minas de 1973 muy estricta en la materia. El proyecto de litio de Extremadura prevé la inversión de 16 millones de euros en la rehabilitación del terreno, que se iniciará poco después del comienzo de la producción minera y que podría acabar convirtiendo a la zona en un reservorio de agua dulce para Cáceres.

Y si hablamos de sostenibilidad económica, se calcula que el proyecto contribuirá con más de 900 millones de euros en impuestos, más de 96 millones de euros en salarios durante los dos años que dure la fase de construcción y más de 236 millones de euros en sueldos durante la fase operativa, aparte de los royalties basados en un porcentaje de los ingresos anuales de la mina, que se calculan en torno a 60 millones de euros.

P. ¿Tendremos fábrica de baterías en España?

Sería lo lógico para cerrar el círculo económico de la movilidad eléctrica y nos consta que desde el Gobierno se trabaja intensamente en que ello sea así.

En España contamos con toda la cadena de valor en cuanto a fabricación de vehículos de toda tipología y componentes críticos, así como de puntos de recarga y equipos auxiliares, como convertidores de potencia y transformadores. Contamos con materia prima para el elemento más crítico, la batería, y tenemos, incluso, una base industrial y empresarial en la segunda vida de las baterías de vehículos eléctricos para su aprovechamiento en sistemas estacionarios de almacenamiento energético.

Cerrar ese círculo con fábricas de baterías nos haría un país muy atractivo para atraer la fabricación de más modelos de vehículos eléctricos.

P. Algunos directivos de la automoción están criticando duramente las políticas que privilegian al coche eléctrico en la Unión Europea por mostrar una preferencia que consideran no justificada por la movilidad cero emisiones y contra los motores térmicos, hasta el punto de llamar “a las barricadas” para defender la posición de la industria tradicional. ¿Qué opina desde la doble perspectiva de AEDIVE y AVERE?

Creo que estas manifestaciones son lógicas y comprensibles, porque responden a un momento de mucha crispación en la Automoción en el que se les exige a los fabricantes un esfuerzo titánico para afrontar una transformación industrial tremenda, que tiene unos objetivos muy ambiciosos y que implica tener que darle la vuelta al sector en pocos años.

Sin embargo, espero sinceramente que no sea así, dado que el mercado de la Automoción se está atomizando con la entrada de nuevos actores, vista la inminente llegada de firmas potentes como Apple, y tras experiencias exitosas que han demostrado que se puede abrir un gran hueco en este sector sin ser un fabricante tradicional, como Tesla.

Nadie que viva en Europa quiere ver cómo compañías que se han hecho fuertes en la región vayan abocadas a un futuro como el de Kodak o Nokia en sus respectivos mercados, aunque las noticias que nos llegan de grandes fabricantes europeos van en línea con ese objetivo de una movilidad ligada a la electrificación y a la digitalización, por lo que asumo que el camino es claro y firme en el seno de estas corporaciones.

P. Pero la Comisión Europea quiere tener 30 millones de coches eléctricos y 80.000 camiones «limpios» en 2030, lo que supondría multiplicar la flota por 50 en 10 años, y la industria automotriz no lo ve factible. ¿Qué habría que hacer?

El objetivo de la CE es tremendamente ambicioso, pero es lo que tienen los objetivos. Si se marcaran metas fácilmente alcanzables, los esfuerzos irían en consonancia.

De todas formas, es muy legítimo tener objetivos ambiciosos, pero antes, los responsables políticos en Bruselas deben poner los medios necesarios para poder alcanzarlos.

Pienso que no ha sido eficaz forzar artificialmente esa transformación poniendo fecha de caducidad a las tecnologías de combustión para posicionar la movilidad eléctrica cuando a pesar de todos los anuncios y objetivos, no tenemos todavía los mimbres necesarios en precios, oferta de mercado e infraestructuras para que se produzca una demanda masiva, aunque sí creciente, de vehículos eléctricos, en especial en mercados como el del transporte de personas y mercancías.

Hay que entender que detrás de las decisiones de compra hay personas y empresas que quieren optimizar sus inversiones y que son los que marcarán, como siempre, la tendencia. Si Europa quiere una verdadera transformación rápida hacia el vehículo eléctrico y mantener a la vez la competitividad y el empleo en la Automoción, los políticos de la Comisión Europea tendrán que provocar esa transformación con ayudas realmente ambiciosas a la industria y a la adquisición, para que un vehículo eléctrico sea muy atractivo hoy mismo, no mañana.

Y es cierto que se habla de cifras astronómicas que vendrán en forma de ayudas, como el paquete de estímulo del NextGenerationEU, pero aún falta concreción y vislumbrar la materialización de esos incentivos más allá de los grandes anuncios.

Además, no se trata solo de retos económicos, sino también regulatorios. La política europea es mucho más compleja porque al margen de lo que cuesta consensuar acuerdos, luego hay que trasponerlos a cada marco jurídico nacional.

P. ¿Y desde España? Porque en nuestro país también se han establecido objetivos ambiciosos como alcanzar 5 millones de vehículos eléctricos en 2030 y 100.000 puntos de recarga en cuatro años…

Si España quiere lo mismo, la determinación tendrá que ser igual de potente y establecer las condiciones que hagan que la propia demanda de vehículos eléctricos provoque esa transformación.

Una reforma fiscal que incluya, entre otras cosas, eliminar el IVA a nivel nacional a la compra de vehículos cero emisiones, al menos hasta que se equiparen los precios de los vehículos térmicos y los eléctricos; establecer un marco de incentivos ambicioso, eficiente, fácil de gestionar y continuado en el tiempo a la compra de vehículos e infraestructuras de recarga y acabar con las trabas de licencias y permisos para instalar y operar puntos de carga son actuaciones imperiosas para casar ambición con resultados.

Noticias como la reciente publicación, por parte de la Secretaría de Estado de Energía, de la expresión de interés para proyectos de movilidad eléctrica que puedan beneficiarse de los 1.100 millones de euros para movilidad eléctrica de los fondos europeos destinados a la transición energética incluidos en los Presupuestos Generales del Estado son un aliciente importante en este objetivo.

P. ¿Y el retrofitting? ¿Tiene cabida como modelo de negocio en España?

En Europa ya contamos con países que tienen una sólida industria automotriz y que, además, están impulsando la transformación de vehículos de combustión avejentados en eléctricos, como es el caso de Reino Unido y Francia. En España, esta práctica es un dolor debido a los costes asociados a la homologación, derivados de regulaciones como el reglamento 100 CEPE/ONU.

Hay que tener en cuenta que, en España, donde hay un parque ya avejentado con una media de 13 años de antigüedad, más de seis millones de vehículos tienen más de 20 años y eso es porque sus propietarios no tienen dinero para adquirir un vehículo nuevo, sea de la tecnología de propulsión que sea.

El retroffiting puede impulsar una industria nueva ligada a la Automoción y compatible con el sector tradicional que acelere la transformación del parque avejentado en modelos descarbonizados y en este sentido, creo que a nivel político habría un consenso porque la última PNL del Partido Popular del paquete de medidas para el Fortalecimiento y la Sostenibilidad de la Movilidad Eléctrica, aprobada en el Congreso con los votos a favor de prácticamente todos los grupos políticos y ninguno en contra, incluía en uno de sus puntos un apartado específico para ayudar a la financiación de la industria del retrofitting.

P. Hablemos del mercado español. El 2020 ha cerrado con 35.045 vehículos eléctricos puros y 23.583 PHEV´s matriculados, lo que supone un crecimiento de más del 44% y 216%, respectivamente, respecto al 2019. Pero la consultora MSI afirmó recientemente que en diciembre se ha automatriculado en España un 734% más que en el mismo periodo de 2019. ¿Estamos ante un mercado engordado artificialmente?

Creo que los datos evidencian un crecimiento evidente de la movilidad eléctrica, por encima de cualquier consideración. Las automatriculaciones de coches son una táctica que se lleva a cabo en el sector de la automoción desde hace muchos años con toda clase de vehículos de combustión, y ahora empieza a suceder con los eléctricos, que cada vez tienen más cuota de mercado.

No existe un registro oficial de automatriculaciones y me sorprende que haya un dato tan preciso por parte de dicha consultora, ya que no es fácil detectarlas y además, con tanta celeridad, pero si nos atenemos a los datos por los que me pregunta y que ha hecho públicos MSI, estimaba en este año un total de 91.189 vehículos automatriculados, de los que 29.579 son diesel y 42.721 de gasolina. Eso dejaría en menos de 19.000 las unidades automatriculadas de vehículos eléctricos.

P. ¿Medidas como el Plan MOVES son las adecuadas para motivar esa transformación?

Las ayudas económicas, por sí solas, no son la fórmula que vaya a provocar esa transformación, aunque son imprescindibles en esta etapa como parte de una estrategia global que debe acompasarse con otras medidas de corte fiscal y regulatorio.

El Plan MOVES es necesario, pero lamentablemente y aunque se ha hecho un esfuerzo económico importante con respecto al plan de 2019, no cuenta con un presupuesto suficiente como para impulsar con determinación esa transformación del parque automotriz hacia la electrificación. Además, el hecho de que esté en manos de las Comunidades Autónomas no lo hace especialmente fácil de gestionar, porque cada gobierno regional imprime su velocidad y nivel de implicación para obtener los resultados previstos y en algunas Comunidades Autónomas existe ese compromiso, pero en otras se reduce a publicar en el boletín regional la orden de ayudas y a veces con mucho retraso, como sucede en Extremadura y Murcia.

El IDAE, que ha sido el encargado de diseñar el MOVES, ha puesto todo su empeño en lograr que sea lo más eficiente posible. Sin embargo, no depende del instituto ni la cuantía económica global del plan ni que el mismo se gestione de forma descentralizada.

Por eso, desde AEDIVE ya hemos trasladado al Gobierno estas inquietudes con la finalidad de dotar al MOVES con más monto económico y de centralizar su gestión, simplificando su operativa y haciéndola continuada en el tiempo, al margen de otras prebendas como que estas ayudas no computen como rendimientos del trabajo en la declaración de la renta.

P. Transport & Environment defiende que se eliminen las ayudas que reciben los híbridos enchufables como vehículos eléctricos, en base a un estudio que demuestra que contaminan más de lo que afirman sus fabricantes. ¿Qué postura defienden AEDIVE y AVERE al respecto?

Es un tema complejo, porque si eliminamos de las ayudas a los híbridos enchufables, los usuarios que no estén totalmente convencidos aún de la movilidad cero emisiones, optarán por adquirir un vehículo de combustión interna y no habremos logrado empezar a inculcar en ellos la movilidad eléctrica. Además, me temo que, si eliminamos de la ecuación de los incentivos a los híbridos enchufables, los objetivos de electrificación del parque van a ser imposibles de alcanzar.

Los híbridos enchufables han cumplido una función importante en la transición hacia la electrificación para muchos usuarios que no confiaban todavía en las capacidades del vehículo eléctrico de batería, en especial cuando las autonomías apenas superaban los 100 kilómetros en conducción real.

P. Pero hoy en día hay vehículos eléctricos que superan los 300 y 400 kilómetros reales de autonomía. ¿En qué lugar queda entonces el híbrido enchufable?

Es cierto, pero también lo es que todavía no hay un portafolio tan amplio como para cubrir todas las necesidades que tienen los usuarios, no solo en autonomía para largos trayectos, sino también en tipología de vehículos, segmentos de cliente y de uso de vehículos que necesitan los ciudadanos y que, a día de hoy, se están cubriendo con híbridos enchufables.

Además, todavía necesitamos reforzar la red de infraestructura pública en carreteras para que se puedan hacer masivamente viajes de larga distancia y de esa manera cubran los vehículos 100% eléctricos todas las necesidades de un ciudadano español, que de media no puede disponer de dos vehículos por cuestiones económicas y necesita uno que sea polivalente.

En muchos casos, el vehículo eléctrico puro ya da ese servicio al usuario, pero en otros casos, aún no. La clave de un híbrido enchufable pasa por que se use con responsabilidad y criterios de eficiencia, recargándolo diariamente y utilizando el 90% de su tiempo el motor eléctrico, dejando para los viajes largos el motor de combustión.

En este capítulo, no solo la responsabilidad ha de recaer en la industria y en las administraciones públicas, sino también en el propio ciudadano y en los usuarios, que deben adquirir y usar con conciencia y responsabilidad un híbrido enchufable y no solo para obtener una etiqueta cero emisiones que le permita ventajas como poder aparcar gratuitamente en zonas de estacionamiento regulado y utilizar el BusVAO en cualquier circunstancia.

P. Por último, en el plano personal, usted es comprador habitual de vehículos eléctricos. ¿Qué recomendaría a los ciudadanos que se quieren sumar a la movilidad eléctrica?

Que lo hagan sin miedo. Yo ya he adquirido desde 2014 tres coches eléctricos que han ido evolucionando tecnológicamente en estos años y mi experiencia ha sido positiva por cuanto he ahorrado con respecto a cuando tenía un coche de combustión, y mi movilidad no se ha visto alterada. Este año ha sido especialmente interesante para los compradores por la activación de los objetivos de 95 gCO2/km, que han obligado a los fabricantes a tener que impulsar la compra de eléctricos, y esa tendencia será mayor en 2021, cuando solo se podrán vender coches que hayan obtenido una homologación de consumos y emisiones WLTP, más exigente que la NDEC que había hasta ahora.

Para aquellos a los que la movilidad eléctrica de batería no cumple sus expectativas, animaría a que se compraran un híbrido enchufable, siempre y cuando sean conscientes de que han de usarlo con criterios de eficiencia y no adquirirlo solo por la etiqueta cero emisiones, recargándolo habitualmente para utilizarlo el máximo tiempo en modo eléctrico y aprovechar el motor de combustión para trayectos largos.


FUENTE: HÍBRIDOS Y ELÉCTRICOS

El 2020 en la movilidad eléctrica. Un año de sombras y luces

Entrevista Arturo Pérez de Lucia_coche eléctrico_AEDIVE
Por Arturo Pérez de Lucia, director general de AEDIVE para el Anuario 2020 de Energías Renovables

 

El 2020 es un año de sombras y luces marcado por la incertidumbre y pese a ello, la movilidad eléctrica sigue creciendo en un ecosistema muy afectado por el confinamiento, los ERTEs y el parón de la actividad y e inversiones por el COVID-19. Pero es un episodio puntual, no estructural como lo fue la crisis económica en España entre 2008 y 2014, y el objetivo es conseguir una recuperación lo más rápida posible y con las menores secuelas.

La matriculación de eléctricos en Europa crece en 2020 en torno a un 60%, en un ecosistema de fuerte caída en la automoción tradicional (hasta octubre se matricularon 8 millones de turismos, unos 3 millones menos que el mismo periodo de 2019). La entrada del WLTP, el objetivo de los 95gCO2/km y una concienciación hacia la reducción de emisiones agudizada por los efectos del COVID-19, han incrementado la demanda de vehículos eléctricos.

En España, las matriculaciones de vehículo eléctrico evidencian que, aunque lejos de los objetivos previstos en 2019 para este año, el crecimiento en ventas, a falta del dato de diciembre, es del 35,4%.

Nuestro país afronta retos singulares frente a otros mercados europeos sin industria automotriz, al ser el noveno fabricante mundial, segundo de Europa, suponer su actividad el 8,5% del PIB y emplear al 9% de la población activa, según datos de ANFAC.

Sin embargo, exportamos el 80% de la producción a países que prohibirán la compra de vehículos térmicos, como Reino Unido en 2030, fecha que también baraja Alemania, y Francia, que lo tiene previsto para 2040, al igual que España. Además, la práctica totalidad de las fábricas españolas tienen sus centros de decisión fuera, lo que nos lleva a tratar de hacer del nuestro un país atractivo a nuevos modelos electrificados y ello implica desarrollar un ecosistema favorable a la movilidad eléctrica desde la perspectiva industrial, tecnológica, de servicios y de mercado.

Retos y oportunidades de la movilidad eléctrica en España

Noticias importantes han sido el Plan de Impulso a la Cadena de Valor de la Industria de la Automoción, anunciado en junio de este año, con 3.750 millones de euros y medidas de tipo económico, fiscal, normativo, logístico, de competitividad, de formación y cualificación profesional, de compra pública sostenible y de planificación estratégica de impacto a corto y medio plazo que dan cobertura a toda la cadena de valor de la industria, promoviendo una movilidad segura y sostenible basada en la descarbonización y la transformación digital.

La puesta en marcha del MOVES 2 para promover la compra de vehículos eléctricos e infraestructuras de recarga prevé que cada millón de euros genere entre 3,6 y 4,1 millones de euros adicionales al PIB nacional e incremente los ingresos fiscales entre 1,5 y 1,6 millones de euros. Este programa, dotado con 100 millones de euros, no está, sin embargo, activado en Extremadura y Murcia, al cierre de este artículo y en cualquier caso, fuera de un plazo que expiraba el 18 de septiembre. Será necesario darle una vuelta a este instrumento de ayudas, que simplifique su gestión y elimine estos desequilibrios a nivel territorial.

El plan RENOVE, con 250 millones de euros a la renovación del parque rodado, también con vehículos eléctricos, movilizó hasta finales de noviembre una décima parte del presupuesto con 20.500 vehículos.

El anuncio a principios de noviembre de 1.100 millones de euros de línea de ayudas para la movilidad eléctrica en 2021, dentro del plan de recuperación a la Unión Europea y si lo aprueba Bruselas, ha insuflado optimismo al sector a falta de conocer detalles de cómo se distribuirá ese monto.

También se ha reforzado el incremento de la reducción por innovación hasta el 50% para pymes y el 15% para grandes empresas, y flexibilizado la amortización fiscal en inversiones de movilidad eléctrica, sostenible y conectada, hasta el 29 de junio del 2021.

Y entre tanto, hay medidas regulatorias como el RDL 23/2020, de 23 de junio, que prevé que las entidades locales puedan destinar en 2020 parte de su superávit a financiar inversión en vehículos eléctricos y declara de utilidad pública a las infraestructuras de recarga de alta capacidad; o la circular 3/2020 de la CNMC, que establecerá a partir de 2021 la metodología de cálculo de peajes de transporte y distribución de electricidad y un peaje especial más barato para los puntos de recarga pública.

En la misma línea, la modificación del Código Técnico de la Edificación, en periodo de consultas, incluye una nueva exigencia básica relativa a las dotaciones mínimas para la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos en edificios.

Quedan retos importantes en los que avanzar desde la automoción, que precisa de una oferta más amplia en el portafolio de vehículos eléctricos y en todos los segmentos, disponibles a corto plazo y con mayores autonomías, a precios competitivos frente a los térmicos, con un valor residual razonable y con capacidades de carga de al menos 100 kW. En ello están trabajando intensamente fabricantes y distribuidores.

Asimismo, un desarrollo acelerado de la red de carga pública que, aunque avanza sin pausa, sufre retrasos ligados a las licencias y trámites con las diferentes administraciones públicas. También trabajamos desde AEDIVE con el sector público para derribar esta barrera.

Se espera que 2020 sume cerca de 3 millones de matriculaciones de BEV y PHEV en todo el mundo, si el COVID-19 lo permite, lo que significa que el número global de vehículos eléctricos rondará los 11 millones de unidades cero emisiones matriculadas.

Esperamos que el 2021 nos depare más luces que sombras en el camino ya trazado e imparable hacia la movilidad eléctrica.

Arturo Pérez de Lucia: “Un gran reto de la movilidad eléctrica es que tengamos una industria de baterías”

Entrevista Arturo Pérez de Lucia_coche eléctrico_AEDIVE
Entrevista publicada por El Nuevo Lunes. Puedes descargarla aquí

 

La Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica en España (AEDIVE) tiene claro que la movilidad y la automoción están sujetas a una revolución industrial, tecnológica y de servicios, con un enfoque claro hacia el vehículo eléctrico, conectado, compartido y autónomo. Su director general, Arturo Pérez de Lucia, explica que, si bien España está por detrás de otros países europeos en matriculaciones e implementación de infraestructura de recarga, los incrementos son exponenciales. “El Gobierno ha establecido unos objetivos de implementación de vehículos eléctricos de 5 millones en 2030 y 100.000 puntos de recarga en los próximos cuatro años. Son objetivos alcanzables”, señala. El gran reto: atraer inversión para fábricas de baterías. Proyectos ya hay sobre la mesa.

¿La movilidad eléctrica en España, qué cifras alcanza?

Las cifras todavía son bajas con respecto al global del parque español de vehículos, si bien los ratios de crecimiento son exponenciales cada año y el objetivo es llegar a 2030 con una cuota de 5 millones de vehículos eléctricos matriculados.

¿Cómo estamos en comparación con otros países de nuestro entorno?

España está todavía por detrás de otros mercados europeos en matriculaciones de vehículos e implementación de infraestructuras de recarga, pero desde la perspectiva cuantitativa, los incrementos de matriculaciones son exponenciales cada año y estamos notando una aceleración mayor, incluso en esta época afectada por la crisis sanitaria de coronavirus.

En España contamos ya con una industria en la fabricación de vehículos eléctricos de dos, cuatro y más ruedas que debemos reforzar, en cualquier caso; asimismo, disponemos de una industria auxiliar con grupos empresariales españoles que apuesta por el desarrollo de aleaciones que aligeren el peso de los vehículos eléctricos y el desarrollo de cajas para albergar a las baterías son criterios de seguridad y eficiencia.

Asimismo, contamos con una potente industria en la fabricación de puntos de recarga y equipos de backoffice como transformadores y convertidores de potencia, y además, tenemos la segunda mina de litio más importante de Europa, ubicada en Extremadura, que de explotarse podría proporcionar materia prima a las baterías de más de 10 millones de vehículos eléctricos.

¿Cuáles son sus objetivos?

El Gobierno ha establecido unos objetivos de implementación de vehículos eléctricos de 5 millones en 2030 y 100.000 puntos de recarga en los próximos cuatro años. Son objetivos alcanzables si además del esfuerzo que ya está haciendo la industria y el sector empresarial, desde las administraciones públicas se eliminan las barreras que lastren su desarrollo y se establecen los mecanismos de incentivos adecuados para promover su impulso.

¿La crisis del Covid en qué está afectando a esos objetivos?

La crisis sanitaria que estamos viviendo es dramática, pero si tuviera que sacar algo positivo de su impacto es que se ha acelerado la concienciación social respecto a la necesidad de reducir las emisiones contaminantes, el calentamiento global del Planeta e impulsar un modo de vida y actividad industrial más acorde a la convivencia con el medio ambiente, ya que no tenemos ni plan B ni Planeta B.

Ello implica que la movilidad eléctrica haya cobrado mayor significación como solución a la reducción de emisiones fruto del transporte, que es uno de los sectores difusos que mayor impacto está teniendo en el calentamiento del planeta.

¿Qué tipo de ayudas necesita este sector?

Las ayudas a la compra de vehículos y despliegue de infraestructuras de recarga siguen siendo necesarias, al igual que se están implementando en otros mercados internacionales, pero se necesita mayor ambición presupuestaria y establecer mecanismos para su tramitación y gestión más sencillos.

Al mismo tiempo, tan importante como las ayudas es el desarrollo de una reforma fiscal verde, adecuada a los objetivos de descarbonización del Acuerdo de París y del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).

¿Están las administraciones públicas por la labor de sacarlo adelante? ¿Qué echan de menos?

El mayor desafío desde las administraciones es trabajar en cooperación con el tejido empresarial en una colaboración público-privada que permita despejar las barreras de la movilidad eléctrica, lo que implica también la necesidad de homogeneizar criterios y reglamentos que simplifiquen y potencien la circulación de los vehículos eléctricos.

No hay instrumento de la administración pública que ya no tenga claro que la movilidad eléctrica está aquí para quedarse y potenciarse, aunque existen diversas velocidades por parte de esas administraciones a la hora de plasmar ese impulso y por ello, una de las actividades fundamentales de AEDIVE es lograr superar esas barreras entre administraciones y empresas.

¿Y las empresas?, ¿están las empresas respondiendo a los retos de la nueva movilidad?

El sector privado lleva apostando desde hace tiempo por el impulso de la movilidad eléctrica, desde los fabricantes de vehículos, que están acometiendo reformas importantes y costosas en sus fábricas para adaptar sus procesos productivos al vehículo eléctrico, hasta las empresas especializadas en electrónica de potencia, que han desarrollado una industria potente de puntos de recarga y equipos asociados. Asimismo, desde el sector de los servicios, existe un tejido empresarial comprometido con el desarrollo de servicios de movilidad ligados al vehículo eléctrico y las compañías operadores de puntos de recarga están haciendo esfuerzos importantes para desplegar una red pública de recarga que permita el desarrollo del sector en sintonía con la llegada de nuevos modelos de vehículos eléctricos.

¿La nueva automoción es ya una realidad?

Sin duda. La movilidad y la automoción están sujetas a una revolución industrial, tecnológica y de servicios, con un enfoque claro hacia el vehículo eléctrico, conectado, compartido y autónomo. Eso implica repensar nuestra movilidad y analizar los medios que tenemos a nuestra disposición para poder desplazarnos e incluso, si es necesario que tengamos un vehículo en propiedad.

Hay que tener en cuenta que en España existe un parque avejentado de vehículos en torno a los 13 años de antigüedad y que, dentro de esa media, más de seis millones de vehículos tienen más de 20 años, lo que supone problemas importantes no solo medioambientales y de salud en lo que afecta a la calidad del aire, sino también de congestión en el tráfico y en ocupación de espacio público, ya que la mayoría de vehículos particulares permanece más del 80% de su tiempo estacionado.

¿Es la implantación de fábricas de baterías uno de los principales retos del sector?

Sin duda es un reto importante porque el objetivo pasa por tener una economía circular que aglutine en un entorno local como España todas las necesidades para el desarrollo industrial y tecnológico de la movilidad eléctrica. Disponemos de fabricación de vehículos eléctricos de diversa tipología, aunque el objetivo es que incrementemos ese volumen de fabricación. También de los componentes para esos vehículos. Además, disponemos de un tejido industrial potente en la fabricación de infraestructuras de recarga y contamos con una industria potente minera en España, ya que en Extremadura contamos con la segunda mine más importante de litio de Europa, aunque aún está sin explotar, además de otras minas de cobalto, níquel y otros metales raros que son esenciales para las nuevas tecnologías, entre ellas el vehículo eléctrico.

Si sabemos aprovechar todo ese potencial, España será un país muy atractivo para atraer la inversión necesaria para desarrollar una industria de baterías, algo que por otro lado ya se está trabajando y existen potenciales proyectos que podrían implementarse en España.

 

Al timón

Nacido y criado en Estados Unidos, Arturo Pérez de Lucia estudió Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid y durante más de 20 años dirigió diversas publicaciones profesionales en las áreas de la eficiencia energética, logística, arquitectura sostenible y movilidad sostenible. Además, ha sido director de Comunicación y Marketing de Ingenierías Energéticas y desde 2011 dirige AEDIVE, desde sus orígenes. Entre sus aficiones destaca el submarinismo y el boxeo, que practica desde los 12 años. Entre sus escritores favoritos figuran los españoles Carlos Ruiz Zafón e Ildefonso Falcones, y le entusiasman las aventuras de Robert Langdon que plasma en sus ‘best sellers’ el escritor Dan Brown.

Por qué el 2020 será el año de la movilidad eléctrica (si el coronavirus lo permite)

Arturo Pérez de Lucia - AEDIVE
Tribuna de Opinión – Arturo Pérez de Lucia, Director Gerente de AEDIVE, publicada por Instaladores 2.0

 

No es posible hacer una proyección de mercado en cualquier sector de actividad sin que el arranque venga precedido por la incertidumbre que está generando la propagación del coronavirus y sus consecuencias, no ya sólo para la salud de las personas, sino también para la economía a escala local y global. En cualquier caso, en lo que atañe a la movilidad eléctrica, las matriculaciones arrancaron en 2020 con fuerza en los meses previos a las consecuencias de la pandemia y han seguido aumentando —a excepción de los meses de confinamiento— en julio, agosto y septiembre, si bien los ratios de crecimiento en el año no serán los previstos en enero pasado.

A la espera de ver cómo afectará a este crecimiento a final de año la realidad sanitaria que nos invade, existen diversos factores que están poniendo los mimbres para que la movilidad eléctrica dispare sus cuotas de mercado en España y en el resto de Europa como hasta ahora nunca se había visto.

La legislación comunitaria establece que el 95 % de todos los vehículos que matricule cada fabricante en Europa en 2020, deberá emitir de media 95 g de CO2 por kilómetro, en vez de los 130 g de CO2 actuales; en el 2021 será el 100 % de los vehículos matriculados y en años sucesivos, esa media se irá reduciendo hasta los 65 g/CO2 en 2030.

«Existen diversos factores que están poniendo los mimbres para que la movilidad eléctrica dispare sus cuotas de mercado en España»

Ello va a suponer que el número de matriculaciones de vehículos eléctricos tendrá que incrementarse exponencialmente, ya que será la única opción para no sobrepasar esa media y evitar enfrentarse a multas que podrían ser millonarias, dado que por cada gramo adicional por encima de los 95 g/CO2, habrá de multiplicarse 95€ por la suma total de vehículos matriculados (salvo ese 5 % de gracia en 2020).

Los proyectos ya ejecutados más los que se están llevando a cabo y los que se implementarán en breve por parte de los operadores de recarga, nos llevan a concluir que en España existirá, a finales de 2020, una red básica de puntos de recarga rápida con distancias entre los 100 y los 150 kilómetros. Gracias a ella se podrá eliminar el problema de la ansiedad de autonomía para poder viajar con los modelos eléctricos que ofrece el mercado hoy en día, que cuentan con autonomías entre los 200 y los más de 400 kilómetros. Aun así, España está muy por debajo de otros países en el desarrollo de infraestructuras de recarga y habrá de trabajar en un despliegue que dé respuesta a los objetivos de crecimiento del parque cero emisiones, previsto por el Gobierno en 5 millones de vehículos eléctricos en 2030.

«El papel de las empresas y profesionales instaladores va a ser decisivo para lograr que las infraestructuras de recarga estén ejecutadas con las máximas garantías de seguridad industrial»

En los próximos meses, el portafolio de vehículos eléctricos disponibles en el mercado de la compraventa experimentará un crecimiento considerable, con la llegada de muchos modelos que ya se encuentran disponibles, a punto de comercializarse o en sus últimas etapas de desarrollo, y que ofrecerán autonomías entre los 200 y los más de 400 kilómetros, para toda clase de públicos.

El Gobierno ha dado luz verde al cierre al tráfico del centro de las ciudades de más de 50.000 habitantes a partir de 2023, mediante el establecimiento de zonas de bajas emisiones y la limitación del acceso a los vehículos más contaminantes.

Sin duda quedan más retos por superar, pero la década del 2020 al 2030 se presenta muy prometedora para la descarbonización del transporte y el desarrollo de la movilidad eléctrica, no sólo por su aportación como instrumento de sostenibilidad medioambiental, sino también de eficiencia energética en el impulso de las energías renovables la generación distribuida y el almacenamiento energético. Y en ese escenario, el papel de las empresas y profesionales instaladores va a ser decisivo para lograr que las infraestructuras de recarga estén ejecutadas con las máximas garantías de seguridad industrial y para las personas y en la misma medida.

Arturo Pérez de Lucia, nuevo vicepresidente de AVERE, la Asociación Europea de Electromovilidad

Arturo Pérez de Lucia_AVERE
  • Es también director general de AEDIVE, la Asociación Empresarial española para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica

El director general de AEDIVE, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica en España, ha sido nombrado Vicepresidente de AVERE, la Asociación Europea de Electromovilidad, de la que la primera es miembro y representante para el mercado ibérico desde enero de 2016.

Creada en la década de los 70, AVERE es la asociación europea que promueve la electromovilidad y el transporte sostenible en toda Europa. Sus miembros están formados por asociaciones nacionales que apoyan y fomentan el uso de vehículos eléctricos en toda Europa,  con miembros activos en 17 países europeos (España, Noruega, Italia, Francia, Países Bajos, Bélgica, Croacia, Polonia, Rumanía, Escocia, Eslovaquia, Hungría, Grecia, Bulgaria, Finlandia, Ucrania y Turquía).

AVERE -cuya presidencia recae en Espen Hauge, quien a su vez es presidente de la Asociación Mundial de Vehículos Eléctricos (WEVA) y de la Asociación Noruega de Vehículos Eléctricos- es un actor reconocido en el debate y la evolución de las políticas de la UE relacionadas específicamente con la electromovilidad. Al mismo tiempo, sigue las conversaciones en curso en torno a la evolución de los sectores del medio ambiente y la energía de manera más amplia a nivel europeo.

“La voz de AVERE se escucha al más alto nivel del mundo de la formulación de políticas en Europa y es una entidad reconocida, por la red de expertos que engloba, en el asesoramiento a los órganos de la Administración pública para proporcionar una opinión informada y técnica sobre cuestiones políticas clave relacionadas con la electromovilidad en su concepción más amplia”, señala Pérez de Lucia, para quien “el momento actual es crítico a la hora de establecer políticas adecuadas que determinen el impulso en la descarbonización del transporte, “teniendo como eje al vehículo eléctrico, conectado, compartido y autónomo”.

Intervención del DG de AEDIVE en el webinario de AELEC sobre el futuro de la movilidad eléctrica

Arturo Pérez de Lucia

Vivimos una revolución industrial, tecnológica y de servicios en la Automoción, en nuestra Movilidad y en la calidad del aire y por tanto, la movilidad cero emisiones y su cadena de valor, juegan un papel clave cuando el transporte rodado mira hacia el vehículo eléctrico, conectado, compar­tido y autónomo. El futuro industrial y tecno­lógico podemos asumirlo como reto o como oportunidad.

Como reto

  • Mercados como Francia, Reino Unido y Turquía, entre otros, importantes para nuestra exportación, apuestan por la movilidad eléctrica, poniendo en valor su producto nacional.
  • Las conversiones de coches diésel o gasolina en eléctricos son una realidad más cercana. Francia ya puede homologar con un simple trámite y ello crea un marco técnico, administrativo y económico que se replicará en España como un eje industrial de economía circular.
  • Aparecen nuevos players en el sector de la Automoción que poco o nada tienen que ver con los fabricantes tradicionales, caso de Tesla y otros…

Pero como oportunidad, España ya tiene una potente industria basada en el vehículo eléctrico…

  • Grupo PSA producirá 3 turismos y 6 furgonetas 100% eléctricas en 2021 en sus tres fábricas españolas.
  • Las furgonetas eVN200 de Nissan y eVito de Mercedes se hacen también en España.
  • Del mismo modo, fabricantes nacionales en la industria auxiliar como Grupo Antolín y Gestamp están apostando por tecnologías en la reducción de pesos de los vehículos eléctricos y en las cajas de sus baterías.
  • En autobuses y camiones, tenemos a Grupo Irizar y en motocicletas y ciclomotores, a Torrot, a Silence, a Nuuk y a VMS, además de Scoobic en Andalucía, que fabrica vehículos para la última milla.
  • La industria de la nueva Automoción incluye actores nuevos como los fabricantes de puntos de recarga, con referentes en España como Circutor y Circontrol; Simon, Wallbox, Efibat, Orbis, Veltium, Ingeteam, Selba, ZIV, Ampere-Energy, incluso Efacec si miramos el mercado ibérico en su conjunto, todos ellos con prestigio y alcance internacional.
  • Y como parte indisoluble de esa infraestructura están los bienes de equipo de media y alta tensión, necesarios para la actividad eficiente de las infraestructuras de recarga, representados en fabricantes españoles como Ormazábal.
  • Y no podemos obviar el almacenamiento energético, con la segunda mina de litio más importante de Europa, en Extremadura, que puede impulsar una industria asociada a la transformación del litio y a la fabricación de celdas; o la industria de baterías de segunda vida, donde tenemos ya startups en un mercado de gran potencial y desarrollo, como la navarra BeePlanet Factory.

En cuanto a los servicios, España lidera la movilidad compartida eléctrica de bici, moto y coche y esto será cada vez más importante por la crisis económica que viene y que hará que muchos ciudadanos no puedan afrontar la compra, uso y mantenimiento de un vehículo, del tipo que sea, pero que necesitarán alternativas al transporte público colectivo.

Finalmente, quiero poner en valor al vehículo eléctrico y su ecosistema como eje de la movilidad sostenible (0 emisiones en la propulsión y con más del 70% del mix energético en España libre de CO2), y como eje de eficiencia energética en el impulso de las EERR, la generación distribuida, el almacena­miento energético y el autoconsumo, al ser el único sistema de propulsión que puede interactuar con el sistema eléctrico y ayudarlo en un mundo que consume cada vez más electricidad.

En 2006, España era la 8ª potencia económica del mundo, ahora es la 14ª. Hemos caído en inversión científica, tecnológica, i+D e innovación y en enero, destruíamos empleo. La salida de esta crisis debe ser la salida del modelo anterior a 2020 y de la dependencia de terceros mercados. Es el momento de la innovación y de la apuesta por las nuevas tecnologías, también en la Automoción y en la movilidad.

Por qué el 2020 será el año en el que todo cambie para la movilidad eléctrica

movilidad
Entrevista a Arturo Pérez de Lucia, Gerente de AEDIVE, para Híbridos y Eléctricos

 

Hay un mantra recurrente en la Automoción, que dice que el sector va a evolucionar en los próximos cinco años tanto o más de lo que lo ha hecho en los últimos cincuenta. No está desencaminada la predicción, como tampoco lo está otra que se ciñe a la movilidad eléctrica y es que, a partir de 2020, este mercado va a experimentar un despegue como no se había visto hasta ahora.

Las ventas de turismos eléctricos puros siguen subiendo y en el pasado mes de septiembre se incrementaron un 111% en todo el año, hasta alcanzar las 7.470 unidades. Solo en el mes de septiembre crecieron un 63%, con un total de 795 unidades matriculadas.

Es cierto que, a pesar de lo llamativo de las variaciones, las matriculaciones de eléctricos apenas representan el 0,9% de las matriculaciones totales de turismos, pero existen diversos factores que están poniendo los mimbres para que la movilidad eléctrica dispare sus cuotas de mercado tanto en España como en el resto de Europa a partir del próximo enero. Estos son algunos a tener en cuenta:

Nuevas medidas europeas de emisiones de CO2

La legislación comunitaria establece que el 95% de todos los vehículos que matricule cada fabricante en Europa en 2020 deberá emitir de media 95 g de CO2 por kilómetro en vez de los 130 g de CO2 actuales; a partir del 2021 será el 100% de los vehículos matriculados y en años sucesivos, esa media se irá reduciendo hasta los 65 g/CO2 en 2030. Ello va a suponer que el número de matriculaciones de vehículos eléctricos tendrá que incrementarse exponencialmente, ya que será la única opción para no sobrepasar esa media y evitar enfrentarse a multas que podrían ser millonarias, dado que por cada gramo adicional por encima de los 95 g/CO2, habrá de multiplicarse 95€ por la suma total de vehículos matriculados (salvo ese 5% de gracia en 2020).

El número de matriculaciones de vehículos eléctricos tendrá que incrementarse exponencialmente, ya que será la única opción para no sobrepasar los gramos de CO2 y evitar multas millonarias

Dicho de otro modo, un fabricante que en 2020 matricule 100.000 vehículos podrá reducirse un 5% del total para hacer el cálculo (a partir de 2021 ya no), lo que significa 95.000 unidades que si sobrepasan la media en tan solo 1 g/CO2 (esto es, que su media sea de 96 g/CO2), implicaría tener que pagar una multa de 9.025.000 €. Resultado de multiplicar 95€ por 95.000 vehículos.

Por contra, un vehículo eléctrico produce 0 emisiones de CO2, lo que en términos económicos para cada fabricante supone una suma en positivo de 9.025 € por unidad matriculada (95€ x 95 g/CO2).

El fin de la ansiedad de autonomía

Los proyectos ya ejecutados más los que se están llevando a cabo y los que se implementarán en breve por parte de los operadores de recarga nos llevan a concluir que en España existirá, entre finales de 2019 y principios de 2020, una red básica de puntos de recarga rápida con distancias entre los 100 y los 150 kilómetros que permitan eliminar el problema de la ansiedad de autonomía para poder viajar con los modelos  eléctricos que ofrece el mercado hoy en día y que cuentan con autonomías entre los 200 y los más de 400 kilómetros, más allá de las marcas Premium.

En España existirá, entre finales de 2019 y principios de 2020, una red básica de puntos de recarga rápida con distancias entre los 100 y los 150 kilómetros

Aun así, quedan retos importantes en este sentido, como la necesaria actuación de la Administración central para dar respuesta al excesivo coste del término de potencia, que en la recarga rápida supone que un punto de carga de 50 kW implique unos costes fijos de 4.800 € anuales por dicho término, aparte del coste de mantenimiento, que es otro tanto al año. El otro reto es la necesidad de derribar las barreras administrativas para los permisos municipales necesarios y tramitaciones con los ayuntamientos de turno, que en ocasiones desconocen la normativa, en otras no saben cómo canalizar la documentación e incluso, dejan aparcados los permisos por anteponer otras prioridades en su gestión, generando retrasos innecesarios y gravosos, que además ralentizan el desarrollo de la movilidad eléctrica en su área de influencia sin necesidad alguna.

El despliegue de infraestructuras de recarga de oportunidad en el sector terciario, en potencias bajas y hasta los 22 kW, es otro de los segmentos de la infraestructura de recarga que ofrecen un soporte adicional a la recarga rápida y que está creciendo de forma exponencial desde que se logró superar la barrera de la figura del gestor de carga recogida en el RD 647/2011 ya derogado.

La principal recarga de los vehículos eléctricos es la vinculada, esto es, la que se hace en el hogar o en el lugar de trabajo, y es en este segmento donde quedan retos también por superar, algunos por falta de información, ya que existen administradores de fincas y presidentes de comunidades que aún desconocen que el propietario que quiera instalarse un punto de carga en su plaza de parking solo precisa anunciarlo; otras son administrativas, ya que en algunos casos, el propietario de una vivienda tiene la plaza de parking en otra medianera dentro del mismo edificio, pero ello supone que ha de solicitar permiso a los propietarios de dicha medianera y suele llevar a conflictos y negativas. Y en el peor de los casos, el diseño del edificio o su edad hace entre difícil e imposible que un propietario de vehículo eléctrico pueda instalarse un punto de carga en su plaza de parking debido a al coste desorbitado de tener que tirar cable del cuarto de contadores a su plaza.

En cualquier caso, el mercado está siendo consciente de que la carga vinculada necesita soluciones para aquellos propietarios que no disponen de plaza de parking propia y por ello, el sector del aparcamiento está empezando a invertir importantes sumas para disponer en sus plazas de puntos de recarga que por el día den servicio de rotación a los usuarios que aparcan temporalmente para hacer trámites y gestiones, y por la noche sirvan para abonados que quieran dejar sus vehículos eléctricos durmiendo y recargando.

La carga vinculada, que se hace en el hogar o en el lugar de trabajo, necesita soluciones para aquellos propietarios que no disponen de plaza de parking propia

Nuevos modelos de vehículos eléctricos

En los próximos meses, el portafolio de vehículos eléctricos disponibles en el mercado de la compraventa experimentará un crecimiento considerable, con la llegada de muchos modelos que ya se encuentran disponibles, a punto de comercializarse o en sus últimas etapas de desarrollo, y que ofrecerán autonomías entre los 200 y los más de 400 kilómetros, para toda clase de públicos.

Así, un repaso de lo más novedoso nos lleva al Mercedes-Benz EQC, MG ZS EV; la segunda generación del Renault Zoe Z.E. 50, el Audi e-tron Sportback, el Porsche Taycan, la segunda generación del Hyundai Ioniq, los modelos repotenciados del Nissan Leaf y el Kia Soul; el MINI SE eléctrico; el Polestar 2 de Volvo y el XC40 eléctrico de la misma marca; el DS 3 Crossback E-Tense, el Peugeot e-208 y el Opel Corsa-e, los tres del Grupo PSA, que además ya ha anunciado que sus tres fábricas españolas en Vigo, Zaragoza y Madrid fabricarán a partir de 2020 vehículos 100% eléctricos; el Seat Mii electric y el Seat el-Born; el Volkswagen ID.3; el Audi Q4 e-tron; el Nissan IMx concept; el Skoda Citigo-e iV y el Vision E de la misma marca; el Fiat 500-e; los nuevos BMW iX3, el coupé BMW i4 y el renovado i3 con batería de 120 Ah y 42,2 kWh; el Jaguar i-XJ basado en la nueva plataforma MLA con la que se fabricarán los nuevos eléctricos de la firma británica; el SUV Ford Mach E; el Mazda e-TPV; el Tesla Model Y o el El Rivian R1T son un botón de muestra de los modelos que acaban de llegar o lo harán a lo largo del 2020.

No obstante, resulta imprescindible que el Gobierno lleve a cabo las reformas legislativas e inversiones necesarias que ayuden a los fabricantes de vehículos a producir y vender más vehículos eléctricos si se quiere llegar a los objetivos planteados de cinco millones de unidades matriculadas de cara al 2030 pues hasta el momento, existe un desencuentro entre las millonarias inversiones de los industriales y las esperadas ayudas del Estado, más allá de establecer objetivos ambiciosos.

Resulta imprescindible que el Gobierno lleve a cabo las reformas legislativas e inversiones necesarias que ayuden a los fabricantes de vehículos a producir y vender más vehículos eléctricos

Las ciudades reaccionan

El Gobierno ha dado luz verde al cierre al tráfico del centro de las ciudades de más de 50.000 habitantes a partir de 2023 mediante el establecimiento de zonas de bajas emisiones y la limitación del acceso a los vehículos más contaminantes.

Por lo pronto, la ciudad de Madrid acaba de presentar su plan 360, un desarrollo de Madrid Central que incluye entre otras medidas novedosas la construcción de aparcamientos disuasorios, la peatonalización de calles como Hortaleza y Fuencarral o el lanzamiento de autobuses eléctricos gratuitos en Centro, y también lo ha hecho Barcelona con otro plan de restricciones al tráfico en un área de más de 95 km2, 20 veces mayor que Madrid Central, donde no se permitirá circular a los vehículos más contaminantes los días laborables de 07:00 h a 20:00 h a partir del 1 de enero de 2020.

Sin duda quedan más retos por superar, pero la década del 2020 al 2030 se presenta muy prometedora para la descarbonización del transporte y el desarrollo de la movilidad eléctrica, no solo por su aportación como instrumento de sostenibilidad medioambiental, sino también de eficiencia energética en el impulso de las energías renovables la generación distribuida, el almacenamiento energético y el autoconsumo.

La década del 2020 al 2030 se presenta muy prometedora para la descarbonización del transporte y el desarrollo de la movilidad eléctrica

Para ello, quedan pendientes las reformas fiscales verdes necesarias para cumplir dichos objetivos, que pongan el foco en el criterio de quien contamina, paga; un plan de incentivos a la industria que la ayude a esa transformación que permita seguir abanderando en España el mercado de automoción a nivel europeo e internacional y otras medidas de sensibilización, de ejemplaridad por parte de las administraciones públicas en la transformación de sus flotas y en la asunción de las riendas para atraer inversión e industria, generar polos de innovación, atracción de talento y en definitiva, promover la creación de puestos de trabajo estables y de calidad y un incremento del producto interior bruto en lo que se denomina la nueva Automoción, donde compañías energéticas, empresas eléctricas, fabricantes de infraestructuras de recarga y otros sectores asociados se incorporan con la llegada del vehículo eléctrico.

Con la llegada del vehículo eléctrico se incorporan a la nueva Automoción compañías energéticas, empresas eléctricas, fabricantes de infraestructuras de recarga y otros sectores asociados