Por un lado, recuperar e incluso mejorar la productividad, es necesario para asegurar la supervivencia de la empresa española. En un mundo globalizado, la productividad de las compañías europeas debe indiscutiblemente ir ligada a la innovación, como factor diferenciador pero también como método único de acercarse a los requerimientos del cliente, cada vez más exigente.
La sostenibilidad, también se ha convertido en un factor de competitividad empresarial imprescindible en los últimos años. La necesidad de la integración de la sostenibilidad en la estrategia empresarial se acelera exponencialmente. Desde la Administración se pretende reorientar los flujos de capital hacia una economía sostenible. El sector financiero juega un papel decisivo como acreedor, donde la financiación verde será la piedra angular en los próximos años. Y todo ello, sacando el máximo rendimiento a la fiscalidad y fondos de recuperación económica.