Por Arturo Pérez de Lucia, director general de AEDIVE y vicepresidente de AVERE
Valladolid ha acogido la VII edición del Encuentro de Ciudades que organizan la Dirección General de Tráfico y la Federación Española de Municipios y Provincias para difundir, promover e impulsar las buenas prácticas de seguridad vial urbana y movilidad sostenible.
Durante su inauguración, el alcalde de Valladolid, Oscar Puente, demonizó en su intervención al patinete como solución de movilidad urbana, renegando del mismo como aliado de la movilidad sostenible y tachándolo de inseguro. “No soy amigo de los patinetes y no quiero patinetes tirados en las ciudades”, sentenció. Y como se mostró abierto al debate, le recojo el guante.
Nadie quiere patinetes por el suelo. Ni ayuntamientos, ni ciudadanos, ni el propio sector, pero Puente insistió animado, además, por el próximo referéndum que llevará en abril a los parisinos a decidir en las urnas si se prohíben los patinetes eléctricos de alquiler. Ahora bien, ¿quién dijo que París haya tomado buenas decisiones respecto a este servicio?
Elaborar concursos públicos que permitan a las empresas serias (esto es crucial), que basan su actividad en la calidad y seguridad del servicio, la atención al usuario y la consolidación de su modelo de negocio, optar a las respectivas licencias es algo que precisa de la colaboración público-privada. Otros como Sevilla, Tarragona o Málaga, que han sabido coordinar las operaciones con las empresas y asegurar el aparcamiento ordenado, sí han acertado con el modelo para obtener de la micromovilidad compartida con patinetes un valor en la intermodalidad con el resto de soluciones de movilidad urbana, ampliando las opciones para el desplazamiento sostenible de sus ciudadanos. Las administraciones públicas deberían de basar sus conclusiones y decisiones en datos, y eso es lo que ofrece el estudio “Incident data involving shared e-scooters” (datos de siniestralidad con patinetes compartidos), de la Asociación Europea de Micromovilidad, que aglutina a empresas de movilidad compartida de bicicletas y patinetes y que publicó sus conclusiones en enero de 2023 con información agregada de siniestralidad de 95 ciudades de Europa en 2021 y tras analizar 240 millones de viajes y 461 millones de kilómetros recorridos. El riesgo de lesiones fue de 5,1 por cada millón de kilómetros recorridos con patinetes eléctricos compartidos, lo que supone un 60% de reducción de incidentes con respecto al 2019, año de referencia antes del covid, lo que determina que los patinetes compartidos son cada vez más seguros. Por otro lado, los patinetes compartidos tienen una tasa de mortalidad muy inferior a la de los privados. En Francia, por ejemplo, solo 1 de los 24 accidentes mortales fue en patinete compartido. En España, ninguno de los 12 habidos ha sido en patinete compartido y en Reino Unido, los patinetes privados están implicados en el 82% de las colisiones de patinetes. El estudio concluye que el riesgo de un accidente fatal en patinete compartido es similar al de las bicicletas y 20 veces inferior al de los ciclomotores. También, el Observatorio Europeo de Seguridad Vial 2021 destaca que 58% de las muertes de ciclistas en Europa se producen en las ciudades y en España, entre 2010 y 2019, las muertes de ciclistas aumentaron un 14%, lo cual es lógico, pues también ha aumentado su uso. Desde AEDIVE trasladamos igualmente, el año pasado, a la DGT un informe de siniestralidad de servicios de movilidad compartida con patinetes y bicicletas que operan en varias ciudades de Europa, con datos de 2021 y en base a la experiencia de 70 ciudades y 121 millones de kilómetros recorridos, y los datos arrojaron 6.8 accidentes graves en bicicleta frente a 3.8 en patinetes compartidos por millón de kilómetros recorridos.La responsabilidad no es de los patinetes, sino de los ayuntamientos que no han sabido ordenar el uso de patinetes privados y establecer los criterios de un servicio coherente de micromovilidad eléctrica compartida.
Intermodalidad con el transporte público
Durante su intervención, el alcalde Puente dijo también, basándose en sus propias percepciones, que no creía que el patinete redujera el uso del vehículo privado y que quitaba usuarios al transporte público.
Los datos oficiales de una de las empresas que prestan servicios de movilidad compartida con patinetes eléctricos en 12 países y 105 ciudades europeas, señalan que el 55% de sus usuarios suele combinar los patinetes con el transporte público y el 36% sustituyó drástica o totalmente su uso del coche, gracias a la micromovilidad compartida. Además, el 27% de sus usuarios afirma utilizar el coche algo menos que antes.
En definitiva, ningún medio de transporte es perfecto y seguro al 100%, pero los datos demuestran que el patinete compartido, cuando se gestiona bien y con la colaboración del ayuntamiento y las empresas de servicios, se convierte en una herramienta de movilidad segura, sostenible y accesible, que se integra a la perfección en las ciudades con el resto de soluciones intermodales de transporte.
Desde AEDIVE, que cuenta en su ecosistema con las empresas que prestan con solvencia servicios de movilidad compartida con patinetes eléctricos, seguiremos estando al servicio de ayuntamientos, de la propia FEMP y de la DGT para colaborar en lo que consideren oportuno.Todo esto no es posible si en vez de guiarnos por los datos, lo hacemos en base a prejuicios y ejemplos poco recomendables.