’20minutos’ organiza un foro para abordar la transición hacia un modelo respetuoso con el medio ambiente
Vehículos menos intrusivos, nuevas regulaciones, cómo informarse a la hora de comprar o ventajas respecto al combustible. Son algunos de los temas sobre los que giró el foro sobre movilidad eléctrica sostenible y las implicaciones para los usuarios organizado por 20minutos. El coloquio, moderado por el jefe de Actualidad del diario, Mario Toledo, contó con la participación de Juan José Conde, responsable de Desarrollo de Negocio B2B de Movilidad de Acciona, María Romera, directora de Regulación de AEDIVE, Sara Hernández, senior Manager de Financial Advisory de Deloitte, y May López, directora de Desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible.
Una de las líneas sobre las que discurrió el encuentro ha sido el futuro que le espera a los vehículos eléctricos. Juan José Conde apuntó que se trata de un modelo cada vez más asentado en las ciudades gracias a “las ordenanzas municipales”, “la movilidad compartida”, “nuevas leyes que limitan ciertas zonas de la ciudad solamente a determinados tipos de vehículos” y “nuevas formas de intermodalidad”. En esta línea, María Romera expuso que “es una realidad que ya está para quedarse”. Ya no solo se contempla dentro de las zonas urbanas, sino que, gracias a los avances tecnológicos, también permite la posibilidad de “viajar con amplia autonomía”, la “potencia para cargar requiere menos tiempo” y hay un “gran despliegue de infraestructuras de acceso público”.
Sara Hernández añadió que “el compromiso con la Unión Europea” y “el cambio de mentalidad de los jóvenes” también ayudan a que haya aumentado el número de vehículos eléctricos que circulan por la ciudad. Sin embargo, se trata de un sector que está en constante cambio. De hecho, los ponentes del foro expusieron que el factor medioambiental no es el único que entra en juego. Existen otros como el urbanismo que jugarán un papel fundamental. May López comentó que se trata de formas de transporte que van a seguir una tendencia para ser “más amigables con el peatón”, tanto en número como en tamaño. Serán modelos que ocupen menos espacio y habrá un número menos, gracias al carsharing (coche compartido). Algo en lo que coincidió Juan José Conde, que apuntó que serán “más pequeños y menos intrusivos”. El objetivo es que exista un mayor “respeto con los que vivimos en el entorno urbano y con el espacio que cedemos a los demás”.
Otro de los elementos clave son las infraestructuras de carga. Y es que existe en la actualidad un amplio despliegue para poder hacerlo como en aparcamientos públicos o en gasolineras. “Se están instalando al mes 1.000 puntos de recarga en España y la previsión es que a final de este año haya cerca de 35.000 de acceso público”, expuso María Romera. Por su parte, Juan José Conde puso sobre la mesa el sistema de suscripción y las battery station de Acciona frente al método tradicional de enchufar el vehículo en una instalación tradicional. Se trata de un modelo de alquiler de batería que permite «sacar la batería agotada y sustituirla por otra cargada». De esta manera, el usuario “solo tiene que pagar el gasto que consume”. Además, permite eliminar el “factor de la obsolescencia” y reducir hasta en un 40% el coste de un vehículo de este tipo.
No obstante, los cuatro ponentes del foro remarcaron la importancia de estar bien informados para adquirir un vehículo eléctrico. May López y María Romera coincidieron en que para ello es fundamental “preguntar a alguien que tenga un vehículo eléctrico para poder saber cómo ha sido su experiencia“. Esta, sostuvieron, es “la mejor forma de eliminar barreras” entre el comprador y el transporte. Además, señalaron que existe cierta falta de información en los concesionarios, ya que, muchas veces, desconocen “las subvenciones y ayudas que dan las administraciones a los compradores”. Sara Hernández abogó también por una “campaña de información y de imagen”, sobre todo para combatir “las barreras” que están surgiendo fuera de los núcleos urbanos de gran tamaño. “Hay gente que no vive en la gran ciudad y no sabe cómo llegar a ella porque su vehículo es de combustión”, indicó.
Juan José Conde también expuso la necesidad de mostrarle a los usuarios las diversas formas de transporte sostenible que existen en la actualidad. “Nunca ha habido tantas alternativas para moverse como ahora”, explicó. “Tiene que haber un compromiso real para que haya una inversión mayor y permitir así que existan de una manera muy sencilla”, añadió.
Y en este punto entra el papel de las administraciones, a quienes les han puesto deberes para establecer regulaciones en términos de movilidad más sencillas. Piden que sean agentes “activos” y no “reactivos”. “Los nuevos modelos de movilidad ya habían llegado a la ciudad antes que las ordenanzas”, comentó Sara Hernández. “Hace falta que las administraciones se pongan del lado del sector privado, entendiendo la dinámica y no siendo un agente reactivo”, apuntó también. Sin embargo, no son los únicos que deben entrar en juego en este nuevo modelo de movilidad. Las aseguradoras también tienen un papel importante. En esta línea, Juan José Conde apuntó que deberían salir del modelo tradicional y pensar en aplicarlos “a personas que intermodulan el uso de los vehículos”. Es decir, que deberían estar adaptados a la gente que usa, por ejemplo, un coche, una moto y una bicicleta. “Con los vehículos eléctricos, están también surgiendo nuevos modelos de negocio”, comentó May López. Y con ello, entra el sharing, algo que “ha llegado para quedarse”, coincidieron todos. Entre los beneficios que destacaron de esta forma de moverse, destacaron la reducción de costes y del número de vehículos circulando por las carreteras.
Por último, pusieron de relieve el papel clave que juega la tecnología en el avance hacia la nueva forma de entender la movilidad. María Romera explicó que ahora llevan incorporada una “aplicación en la que salen marcados los puntos de recarga” que existen en el trayecto. Esto otorga también facilidades a la hora de realizar viajes largos, ya que el usuario ya no depende únicamente de las instalaciones privadas. “Te pones en marcha con la seguridad de ver dónde puedes cargar el coche”, añadió.
Juan José Conde: “Las ‘battery station’ de Acciona reducen un 40% el precio y pagas solo lo que consumes”
La forma de moverse dentro de las ciudades está en plena transformación, lo que ha llevado a que también cambie la manera en que se concibe. El vehículo ha dejado de ser el centro para dar paso al ciudadano. Juan José Conde asegura que ahora la movilidad es “un derecho de los ciudadanos” y una manera de que “puedan acceder a lo que una ciudad pueda ofrecerles”. Por ello, uno de los retos de los próximos años es ofrecer “alternativas” a la gran concentración de gente que en los núcleos urbanos “de aquí a 2050”. Considera que para lograrlo es necesario “primar la utilización de vehículos sostenibles y ligeros”.
Para incentivarlo, Juan José Conde cree que estos automóviles deberían tener un “acceso prioritario” en los núcleos urbanos y normativas para “frenar el de los más contaminantes”. También pone sobre la mesa el sistema de suscripción de baterías y el battery station de Acciona. Se trata de unas baterías extraíbles, que “ofrece la posibilidad de que sea intercambiable”. De esta manera, cuando esta se agota, se puede cambiar por una que esté cargada. El objetivo es que “el comprador adquiera únicamente el vehículo, excluyendo del precio la batería”, indica Juan José Conde. De esta manera, se reduciría “prácticamente un 40% el precio de lista del vehículo y, además, permite pagar lo que consumes en cuanto al uso de la batería”. El coste de suscribirse a este sistema es fijo y se sitúa en 15 euros al mes.
María Romera: “El eléctrico es la solución para poder moverte libremente por las zonas de bajas emisiones”
Zonas de bajas emisiones y la implantación de vehículos compartidos. Son dos de las maneras con las que las ciudades están avanzando hacia modelos menos contaminantes. María Romero explica que, en los núcleos urbanos en los que ya está implantada este tipo de normativa, “el transporte eléctrico es el que se presenta como la solución para que los ciudadanos puedan moverse libremente por estas zonas”. El motivo es que estas regulaciones presentan ciertas limitaciones para entrar, por ejemplo, en el centro de las ciudades. Además, otras ventajas de este tipo de vehículos son “poder aparcar sin restricciones”, “no hacer ruido” o “no producir emisiones contaminantes de CO2”. También implica “beneficios de la salud”, ya que, al mejorar la calidad del aire se reduce también la probabilidad de padecer problemas respiratorio.
Aboga también por usar modelos compartidos, que “también están contemplados como vehículos eléctricos”. Al seguir esta configuración, los usuarios que hagan uso del carsharing no se encontrarán con restricciones de movilidad. Además, dentro de las zonas de bajas emisiones “tenemos infraestructuras de recarga de acceso público, que permiten a los usuarios cargar los coches y tener la garantía de poder moverse por todas estas zonas”, sostiene la directora de Regulación de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica.
Sara Hernández: “Hay muchos jóvenes que ya ni se plantean comprarse un vehículo privado”
“Tecnología, sociedad, regulación, medio ambiente y economía colaborativa”. Son los cinco vectores, “interrelacionados entre sí”, que, según Sara Hernández, rigen en estos momentos el modelo de movilidad sostenible. La senior Manager de Financial Advisory de Deloitte sostiene que “muchos jóvenes ya ni se plantean comprarse un coche” y optan por hacer uso de los vehículos compartidos. Y es que esta forma de moverse por la ciudad no solo supone un ahorro en los bolsillos de los usuarios, sino que también contribuye a mejorar la calidad del aire en los núcleos urbanos y a reducir el número de vehículos que circulan por la carretera.
No obstante, asegura que, para que esa transformación de la movilidad se produzca de una manera más rápida y eficaz, primero es necesario poner en marcha una normativa común. Sara Hernández defiende que a día de hoy “no existe un marco regulatorio homogéneo transversal en todas las administraciones locales”, provocando así un sentimiento de «incertidumbre» tanto dentro de las propias empresas que se dedican a la movilidad sostenible como en los ciudadanos. Por ello, aboga por una colaboración público-privada más estrecha. La labor de las administraciones es “facilitar” ese cambio y el de las empresas se centra “en la parte de innovación e ir tres pasos por delante”.
May López: “Hace falta una infraestructura de recarga eléctrica pensando también en los corporativos”
Uno de los retos a los que se enfrentar las empresas que se dedican a la movilidad sostenibles es, por ejemplo, que el transporte de mercancías también opten utilizarlo. Para ello, May López considera que primero tiene que haber “una infraestructura de carga que atienda a sus necesidades”. Estos vehículos requieren, por ejemplo, más potencia. Por este motivo, aboga por “diseñar una infraestructura de recarga pública, pensando también en vincularla con los vehículos corporativos”.
No obstante, todos los tipos de vehículos eléctricos seguirán, según May López, la misma premisa: “ser amigables con la ciudad”. Esto hace referencia a que la construcción de este tipo de transportes debe ir adaptándose también al urbanismo de las ciudades y al espacio que, cada vez más, reclaman los peatones. Por ello, explica que, poco a poco, “vamos a ver cómo el tamaño empieza a reducirse” y no solo habrá coches, “sino también cuadriciclos, bicicletas o motos eléctricas”. Es decir, las cuatro ruedas dejarán de ser lo más habitual, para dar paso a los de dos ruedas, que ocupan menos espacio en las vías. Además, otro de los modelos que va a tener más presencia en las ciudades es el compartido. “Vamos a ver cómo ese transporte coge más protagonismo en unos años”, apunta May López.
Los costes del eléctrico frente a la combustión
Durante el foro afloró un dato: 2.500 frente a 250. Esa es la comparación de componentes que tienen los vehículos de combustión respecto a los eléctricos. Esto se traduce en un claro ahorro, no solo por eliminar los gastos que supone recargar un coche tradicional, sino también por el mantenimiento. Además de contar con menos piezas, requiere un menor número de revisiones que uno tradicional.